SANTO DOMINGO.– La Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) continúa reforzando su compromiso con el medio ambiente y la salud pública, al lograr el saneamiento de 22 cañadas, equivalentes a 17 kilómetros lineales, como parte de su amplio plan de encajonamiento y recuperación urbana que busca mejorar la calidad de vida de miles de familias en el Gran Santo Domingo.
Avances significativos en obras de saneamiento
El director general de la CAASD, Fellito Suberví, informó que además de las cañadas ya concluidas, la institución avanza actualmente en la ejecución de 23 nuevas intervenciones, con una extensión total de 25.5 kilómetros.
De estas obras, 13 se encuentran en su fase final, lo que refleja el ritmo acelerado de trabajo que mantiene la entidad para cumplir con su meta de transformar los entornos urbanos más vulnerables.
Cañadas rehabilitadas en beneficio de miles de familias
Entre las cañadas ya saneadas destacan proyectos emblemáticos como la Cañada del Eote, Los Dulceros, Sabana Perdida, Cristo Park, Capotillo, Los Cocos, El Cachón Oeste, Buenos Aires de Herrera y Arroyo Francisco, entre otras.
Estas obras no solo eliminan focos de contaminación, sino que también reducen el riesgo de enfermedades y de inundaciones, además de devolver espacios dignos a las comunidades que por años convivieron con condiciones insalubres.
Compromiso con la salud y el medio ambiente
El ingeniero Fellito Suberví reafirmó que la CAASD seguirá trabajando sin descanso en el saneamiento ambiental y la recuperación de espacios públicos, contribuyendo a una ciudad más limpia, segura y habitable.
“Estamos comprometidos con la transformación de Santo Domingo. Cada cañada recuperada representa una mejora directa en la salud, la seguridad y el bienestar de nuestros ciudadanos”, expresó Suberví.
Impacto social y sostenibilidad
Los proyectos de saneamiento de la CAASD no solo tienen un impacto ambiental positivo, sino que también fomentan el desarrollo social y económico de las comunidades. Estas intervenciones se traducen en mayor seguridad sanitaria, incremento del valor urbano y mejores condiciones de vida para miles de familias del Gran Santo Domingo.