Criar hijos es una ciencia
“Entre padres e hijos” es un hermoso libro que me regalaron en un viaje. Todos los padres aman a sus hijos. Hay que estar muy enfermo para que no suceda. Aun así, son precisamente esos padres, que tanto los aman, quienes más los maltratan y abusan de ellos, según las estadísticas.
En un entrenamiento sobre violencia, confirmé que el lugar más peligroso es el hogar, cuando debería ser todo lo contrario. La familia debe ser el útero donde nos refugiamos cuando todo va mal afuera, el colchón donde nos acostamos en posición fetal, buscando solidaridad y apoyo emocional.
Tristemente, no es así. Muchas familias, a pesar de sus buenas intenciones, no funcionan.
El autor del libro, Dr. Haim G. Ginott, lo repite una y otra vez, de diferentes formas: la conducta de los padres tiene serias consecuencias en los niños, ya que afecta su autoestima o amor propio, para bien o para mal. Aun los padres que podemos llamar “buenos y cariñosos”, hacen cosas terribles como:
- Reprochar
- Criticar
- Juzgar
- Ridiculizar
- Etiquetar
- Amenazar
La gran mayoría de los padres no saben que las palabras nos enferman, y también nos sanan. No tienen idea de su gran poder de destrucción. Las palabras, dice el autor, son como cuchillos. Aunque no hieren físicamente, sí matan emocionalmente.