El dominio de los pitchers y jonrones impusieron normas en series de comodines
Santo Domingo
El béisbol de las Grandes Ligas ha tomado un cambio radical sobre el terreno de juego, donde batear un jonrón es el resultado más perseguido, algo que los lanzadores de su lado aprovechan de sobremanera para lograr mayor número de ponches.
La nueva visión de los bateadores por registrar conexiones de poder parece “herir” a los fanáticos de la “vieja guardia”, quienes no se acostumbran a ver maniobras como el toque de pelota quedando vaporizado.
Durante las Series de Comodín de la Liga Americana y Nacional, celebradas entre el viernes y domingo, las cuales dieron paso a las Series Divisionales a los Padres de San Diego, Filis de Filadelfia, Marineros de Seattle y Guardianes de Cleveland, los vuelacercas impusieron la ley, aunque por igual, el dominio de los lanzadores se hizo presente.
En el curso de estos encuentros, marcando el inicio de la postemporada de Grandes Ligas, el 43 por ciento de las anotaciones fueron resultado de un cuadrangular, dando continuidad a una tendencia que desde hace varios años parece ser irreversible.
Este registro incluye escenarios como los dos encuentros entre los Guardianes y Tampa Bay Rays, quienes se combinaron para cuatro anotaciones, cada una de estas siendo producto de un vuelacerca.
Tan solo un año antes, en lo que fueron las series de playoffs del 2021, fruto de bambinazos se produjeron el 50.3 por ciento de las carreras, mientras en lo que fue la postemporada del 2020, este resultado correspondió al 51.6 por ciento.
Así como estuvieron los cuadrangulares a flor de piel, los pitchers hicieron de las suyas, evidenciando la cantidad superlativa de ponches recetados. El 28.1 por ciento de cada turno oficial al bate, durante los juegos de Comodín, terminó siendo un chocolate.
Los bateadores hacen lo correcto en buscar jonrones en la mayoría de las veces, pues son estos los contactos ideales. Del otro lado de las cosas, el dominio de los lanzadores cada día es mayor, influenciado por el aumento del uso de pitcheos quebrados, quienes también tiran a la mesa su pieza ideal.
Cada era del juego tiene su propio afán y encanto, aunque la actual, donde batear origina la mayor dificultad, el dominio de los lanzadores y los jonrones, sin duda, marcan la norma.