El papa presidió la vigilia y recordó a los pueblos destruidos por el mal y la injusticia
El papa Francisco presidió el sábado la misa de la Vigilia Pascual en la basílica de San Pedro, después de renunciar al vía crucis del Coliseo para cuidar su salud. En la homilía pidió “que se aleje la desesperación” para “los pueblos destruidos por el mal y golpeados por la injusticia”.
En esta larga celebración de más de dos horas, en la que se conmemora la espera de la resurrección de Jesús, el papa participó en todos los ritos y leyó con buena voz, después de que el viernes decidió a última hora no acudir al Coliseo para el vía crucis.
En la homilía hizo referencia “a que a veces sentimos que una lápida ha sido colocada pesadamente en la entrada de nuestro corazón, sofocando la vida, apagando la confianza, encerrándonos en el sepulcro de los miedos y de las amarguras”.