Factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer
Santo Domingo, RD
La enfermedad de Alzheimer, cuyo día mundial se conmemora este 21 de septiembre, es la forma más común de demencia, un síndrome que se caracteriza por el deterioro progresivo de las funciones cognitivas y que afecta a cerca de 50 millones de personas en todo el mundo.
Problemas de memoria, dificultades para encontrar las palabras al hablar y falta de concentración afectan al paciente con demencia y alteran su función diaria.
El envejecimiento es el principal factor de riesgo de demencia, en cuya aparición pueden incidir, además, pequeños derrames, tumores cerebrales, hidrocefalia, entre otros factores.
En el caso particular de la enfermedad de Alzheimer, se cree que está asociada a la concentración en el cerebro de las proteínas amiloide y tau, explicó durante un encuentro virtual el doctor Ronald C. Petersen, director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de Mayo Clinic.
Como sucede con otras condiciones de salud, tener historia familiar de alzhéimer aumenta el riesgo de desarrollar el padecimiento, pero no significa que necesariamente ocurrirá así.
“Hay una forma verdaderamente genética de la enfermedad de Alzheimer, pero afecta tal vez solo al 1 % de las personas con la enfermedad”, explicó Petersen. “Y por ‘verdaderamente genética’ quiero decir que en estas familias, si tú heredas esta forma particular del gen, vas a tener las características clínicas del alzhéimer y, con frecuencia, temprano en la vida, quizás en tus cuarenta o en tus cincuenta”.
El alzhéimer, descrito en 1906 por el psiquiatra y neuropatólogo alemán Alois Alzheimer, tiene mayor prevalencia entre las mujeres. Tradicionalmente se ha dicho que, como el principal factor de riesgo de demencia es la edad y las mujeres tienden a vivir más años que los hombres, existe un mayor número de mujeres en edad avanzada, etapa en la cual la enfermedad se ve con mayor frecuencia. Pero para Petersen, la explicación resulta “más complicada que eso” y se deben tomar en cuenta factores biológicos y hormonales.
¿Se puede prevenir?
Las proteínas amiloide y tau se han convertido en la diana de distintas terapias modificadoras de la enfermedad que se encuentran en desarrollo. Algunos de esos medicamentos han entrado ya en las etapas finales de los ensayos clínicos. No obstante, aclaró Petersen, las nuevas terapias probablemente solo contribuyan a reducir la velocidad del deterioro cognitivo.
“No van a ser una cura para la enfermedad”, declaró el médico, aunque consideró que constituían un primer paso para algún día alcanzar ese objetivo.
El especialista de Mayo Clinic expresó que, por el momento, no se puede asegurar que la anormalidad en las proteínas amiloide y tau y, por tanto, la enfermedad de Alzheimer, sea prevenible. Sin embargo, dijo que existen hábitos de vida que impactan positivamente la memoria y el pensamiento a medida que se envejece.
Petersen recomendó integrar al estilo de vida estos seis hábitos:
1. Hacer ejercicio físico.
2. Mantener la mente activa: practicar juegos, conversar, asistir a conferencias…
3. Alimentarse de forma saludable: un buen ejemplo es la dieta mediterránea, abundante en frutas y vegetales, aves de corral y pescado.
4. Mantener la interacción social: interactuar con la familia y los amigos, y evitar la tendencia al aislamiento.
5. Tener una buena higiene del sueño: un pobre sueño en la noche causa pobre pensamiento y habilidades de memoria durante el día.
6. Reducir el estrés: un poco de estrés es necesario, pero el exceso es dañino para el organismo.
“Estos tipos de manipulación del estilo de vida pueden, de hecho, alterar la trayectoria del declive cognitivo en el envejecimiento”, aseguró el médico.
El doctor Ronald C. Petersen participó en el encuentro virtual “Factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer”, una sesión abierta con periodistas de medios de comunicación latinoamericanos.