Higüey se prepara para su gran fiesta: la celebración del Día de la Altagracia
La Diócesis de La Altagracia se prepara para recibir este sábado a miles de peregrinos de diferentes partes del país y del extranjero que, como cada año, acuden a la Basílica de Higüey a venerar a la madre protectora y espiritual de los dominicanos creyente en esa advocación mariana.
Con la festividad, el municipio de Higüey se activa: el comercio, los hoteles, el tránsito y otros aspectos, pero no solo ese día va gente al santuario, ya que es costumbre de algunos feligreses que el peregrinaje se inicie con la novena y acuden a ofrecer sus promesas días antes del 21 para evitar la aglomeración.
Son tantas las personas que se desplazan el 21 que las autoridades acostumbraban realizar un operativo de prevención y asistencia a los feligreses a través de las diversas instituciones de socorro del Estado bajo la sombrilla del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) para evitar accidentes de tránsito y asistir a los peregrinos en lo que sea necesario.
De igual modo, la Policía Nacional anunció para este sábado un operativo preventivo en todo el territorio nacional, especialmente en el municipio Higüey.
La celebración del 21
Desde que la Basílica fue inaugura, en 1971 se ha hecho costumbre que todos los presidentes acudan al santuario, junto a funcionarios y principales colabores a participar de la misa solemne que preside el obispo con motivo al Día de la Altagracia.
La de este sábado, será la tercera visita que hará el presidente Luis Abinader al santuario junto a su esposa Raquel Arbaje y tienen previsto asistir a la eucaristía solemne a 10:00 de la mañana.
Luego de la clausura de la novena, este viernes 20, se inicia el período más fuerte con la vigilia de oración y alabanza en honor a la virgen y el concierto mariano que cada año auspicia el Banco Popular.
Hoy, a la 1:00 de la tarde, y el 21 a la misma hora, se harán misas en creole para los devotos haitianos, además de las celebraciones normales para la ocasión que termina con la misa solemne. A las 4:30 de la tarde del 21 es la procesión encabezada por el obispo Jesús Castro Marte, por las calles del municipio con la imagen de la virgen acompañada de la Banda de Música del Ejército de la República Dominicana.
Origen de la devoción
En su libro “Donde Apareció el Naranjo”, el primer obispo de Higüey, monseñor Juan Félix Pepén, (fallecido en julio de 2007), narra el testimonio de un señor llamado Juan Elías Moscoso que en 1907 se refiere a uno de los hermanos Trejo que se dedicaba a la crianza y venta de ganado.
Cuenta que uno de los hermanos tenía dos hijas y en uno de sus viajes a la capital, desde Higüey donde vivía, las niñas le pidieron regalos de la ciudad: una solicitó vestidos, cintas, calzados, pero la otra solo pidió la imagen de la Virgen de La Altagracia, ya que ella la había visto en sueños.
Explica monseñor Pepén que el padre no encontró el cuadro que le pidió su hija, pero que en su regreso a su casa se quedó en una posada de un amigo y, al lamentarse de que no había podido complacer a su hija, un señor que compartía en el lugar le entregó la imagen de la virgen en un cuadro.
La niña, luego de recibir el regalo del cuadro de la virgen, presentó a los habitantes la imagen con la que había soñado en un lugar donde había una mata de naranja (que ha sido replantada durante años) y desde entonces se venera a la Virgen de la Altagracia en ese lugar donde se construyó una iglesia.
Advocación arraigada
Fray Santiago Batista, entrevistado por Diario Libre sobre la celebración del Día de la Altagracia afirma que la advocación de la Altagracia ha caminado con la historia del país.
“María sigue cautivando al pueblo dominicano, la gente entiende que en María sigue habiendo una poderosa intercesión y protección en su vida de fe”, sostiene el religioso.
Manifestó que como sacerdotes se encargan de orientar al pueblo dominicano sobre lo que ha significado la Virgen María en la historia de la salvación y que por eso es la presencia de tanta gente el 21 de enero en la Basílica para venerar a la virgen por favores recibidos.
“No podemos detener ni quitarle valor ni méritos a la fe de un pueblo que aclama noche y día a esta mujer que ha dado tanto a la humanidad y ha cautivado tantos corazones”.