Incendios en Chile dejan más de 20 muertos, casi 1,000 heridos y 800 viviendas destruidas
Los incendios forestales que afectan la zona centro sur de Chile dejan al menos 24 personas fallecidas, 1,182 heridas y han destruido completamente 1,081 viviendas en cinco días, según informes oficiales divulgados este domingo.
Favorecido por vientos moderados y fuertes y temperaturas por encima de los 40 ºC, el fuego ha arrasado unas 270,000 hectáreas.
La cifra de fallecidos “ha subido a 24, porque murió una persona en Angol, que estaba hospitalizada y que lamentablemente falleció”, dijo este domingo el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve.
En la zona agrícola rodeada de bosques madereros devastada por el fuego se repiten escenas de parcelas reducidas a cenizas, animales muertos y gente de campo que de un momento a otro perdió todo.
“Fue un infierno. No logro entender cómo nuestras casas (…) se han quemado. Ha sido un milagro que a algunos se les haya escapado su casa (de las llamas), pero el fuego los rodeó”, contó a la AFP María Inés Hernández (55), dirigente social del sector Diñico, en el municipio de Santa Juana, en la región de Biobío.
“Y ahora tenemos el temor de que vuelva el fuego (…). Imagínese, sin agua, ¿dónde nos vamos a refugiar? ¿Dónde? ¿Cómo?”, se preguntó angustiada.
Miguel Ángel Henríquez, de 58 años, un agricultor de Santa Juana, en la misma región, relató a la AFP que esperó con su esposa hasta el último minuto para huir de las llamas y ahí fue cuando se encontraron con bomberos y carabineros.
“Apareció un vecino y se metió al fuego, para buscar sus animales, pero no apareció más, don Antón. Yo le grité que saliera del fuego, pero no quiso obedecerme”, aseguró.
“Yo llegué del trabajo y ya estaba sin nada, sin casa. Quedé en la calle, de brazos cruzados, ahora con mi hijo, mi señora, en carpa. No tengo forraje para mis animalitos”, declaró un vecino de la localidad de Purén, en la región de La Araucanía, a Televisión Nacional de Chile (TVN).
El presidente Gabriel Boric asistió al velorio de una bombera en la localidad de Coronel.
“Chile entero llora con ustedes. Estoy acá para decirles que no están solos, que la familia de Yesenia (Muñoz, la bombera fallecida) no va a estar sola”, dijo el mandatario.
- Un respiro –
En la mañana de este domingo, una baja en las temperaturas parecía dar un respiro a los 5,300 brigadistas y bomberos que combaten los incendios.
Según el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), los incendios activos eran 283, 71 de ellos en combate.
“Estamos viviendo una pequeña ventana de mejoramiento de condiciones climáticas durante el domingo y el lunes. Eso significa que no estamos con temperaturas altas extremas”, dijo Monsalve, pero advirtió que los termómetros podrían volver a acercarse a los 40 ºC el martes.
El funcionario aseguró que hay 10 personas detenidas por su responsabilidad en el inicio de algunos de los incendios.
La alerta roja se mantiene en tres de las regiones afectadas.
- Ayuda internacional –
“La emergencia la enfrentamos con unidad”, destacó el presidente Boric en su cuenta de Twitter.
El mandatario se trasladó nuevamente el domingo a la ciudad de Concepción, 510 km al sur de Santiago, y visitó áreas afectadas.
La ayuda internacional comenzó a tomar forma con la partida el domingo desde España de un avión y un contingente de 50 personas entre especialistas, militares y pilotos de drones.
“Acabamos de enviar a Chile un avión con un contingente de la Unidad Militar de Emergencias para colaborar en la extinción y control de los incendios que están azotando el país. Todo nuestro apoyo al pueblo chileno”, tuiteó el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, también anunció el envío de un avión con especialistas a Chile. “Mandaremos un avión a Chile con material y personas expertas en apagar incendios forestales. La crisis climática quema Chile”, escribió Petro en Twitter.
La Cancillería chilena sostuvo que se realizan también coordinaciones con Argentina, Brasil, Ecuador, Estados Unidos y México.
La grave situación llevó al gobierno a declarar el estado constitucional de catástrofe en las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía, lo que permite disponer de recursos adicionales para controlar la emergencia, restringir el libre tránsito de las personas y utilizar a las fuerzas militares para contener el desastre.
A inicios de 2017, una cadena de incendios que arrasaron unas 460,000 hectáreas dejó 11 muertos, cerca de 6,000 heridos y más de 1,500 viviendas quemadas.
Los focos también se habían iniciado entonces en áreas agrícolas y en bosques, y avanzaron hasta zonas pobladas.