
Organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han emitido alertas sobre la grave situación en Haití, calificándola como una crisis humanitaria sin precedentes. La violencia ejercida por pandillas ha escalado a niveles alarmantes, con más del 80% de la capital, Puerto Príncipe, bajo su control.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha condenado el deterioro de la seguridad en el país, señalando que la violencia atenta gravemente contra la vida y la seguridad de la población civil. Entre julio de 2024 y febrero de 2025, se documentaron 4,239 asesinatos y 1,356 casos de personas heridas, cifras que reflejan la falta de control estatal sobre estos grupos armados.
La ONU ha instado a la comunidad internacional a tomar medidas inmediatas para abordar esta crisis, enfatizando la necesidad de restaurar la dignidad y los derechos humanos en Haití. La situación ha generado preocupación en países vecinos, incluida la República Dominicana, que enfrenta desafíos relacionados con la migración y la seguridad fronteriza.