Países de Unión Europea no llegan a acuerdo para tope de precio de gas
Con el invierno en puerta, los países de la Unión Europa volvieron a fracasar el jueves en su intento de conciliar desacuerdos en cuanto a un tope en el precio del gas natural, en un momento en que batallan para proteger de forma eficaz a 450 millones de ciudadanos de los enormes aumentos en sus recibos.
Una reunión de emergencia de ministros de energía sólo demostró cómo la crisis energética vinculada con la guerra en Ucrania ha dividido al bloque de 27 naciones en bandos prácticamente irreconciliables.
“La discusión fue bastante acalorada y todos saben que hay puntos de vista muy divergentes”, dijo el ministro de Industria checo Jozek Síkela, quien presidió la reunión en la que los ministros no se pusieron de acuerdo sobre cuándo y de qué forma debería empezar un tope en el precio de compras de gas.
Un enorme aumento en los precios del gas natural en agosto impactó a todos menos a los más ricos de Europa, y obligó al bloque a intentar poner un límite para contener los volátiles precios que alimentan la inflación.
Sin embargo, la UE está en un punto muerto entre las naciones que exigen gas más barato para aliviar los recibos de las viviendas — entre ellas Grecia, España, Bélgica, Francia y Polonia — y otras, como Alemania y Holanda, que insisten en que los suministros se verán amenazados si un límite impide que los países europeos compren gas por arriba de cierto precio.
Para frustración de muchos, no hay solución a la vista.
“Ya estamos a menos 10 (grados Celsius) en Polonia”, dijo la ministra de energía del país, Anna Moskwa. “Ya es invierno”.
La incapacidad de llegar a un acuerdo en el límite del precio también detuvo los planes de compras conjuntas de gas y para un mecanismo de solidaridad para ayudar a los países de la UE más necesitados, debido a que se llegaría a un acuerdo sobre las medidas en forma de paquete.
Se programó otra reunión de emergencia para el 13 de diciembre.
Los precios del gas natural y la electricidad se han disparado porque Moscú ha recortado el suministro de gas a Europa para calefacción, generación eléctrica y procesos industriales. Funcionarios europeos han acusado a Rusia de emprender una guerra energética para castigar a los países de la UE por apoyar a Ucrania.