Por qué deberías comer más algas
¿Has comido algas? Lo cierto es que para muchos nutricionistas y científicos están catalogadas como un superalimento, puesto que no sólo tienen una gran cantidad de nutrientes, sino que podrían ayudar a detener el cambio climático.
Las algas se alimentan de la luz solar y forman bosques marinos. Producen el oxígeno que se disuelve en el mar, además de ser alimentos y formadoras de ecosistemas como el plancton y los corales.
Por caso, una ración de algas de apenas 50 gramos tiene más del doble de calcio que un vaso de leche y más hierro que un plato de lentejas o una porción de carne vacuna. Gran parte de la riqueza en omega-3 de los peces proviene de su alimentación y todo lleva a las algas. Además, tienen propiedades antiinflamatorias, por lo que ayudan contra el dolor osteomuscular en la vejez y en las enfermedades artrósicas.
Las algas principales son la espirulina, wakame, nori, chlorella, kombu, dulce, agar agar, hijiki, arame, fucus, espagueti de mar, cochayuyo y lechuga de mar.
El consumo de algas y su utilización en reemplazo de otros alimentos y de modos de producción puede, efectivamente, detener o ralentizar el proceso de cambio climático.