Problemas para los fabricantes: la UE actualiza su normativa respecto a las baterías
La Unión Europea (UE) ha llegado a un acuerdo provisional para actualizar la normativa de las baterías dentro del territorio estableciendo un plan que cubre todo el ciclo de vida de estas para reducir residuos, mejorar la eficacia del reciclado y la recuperación de materiales, aunque es cierto que estos planes chocan con los beneficios de las grandes empresas.
Si echamos la vista hacia atrás 2022 ha sido un año complicado para la relación entre las empresas tecnológicas y la UE, destaca sobre todo la aprobación de la normativa para que todos los dispositivos electrónicos utilicen el mismo tipo de cargador.
Pero las intenciones de las autoridades europeas son buenas, y es que la mayoría de este tipo de resoluciones buscan el beneficio de los usuarios al igual que el del medioambiente.
En el caso de esta resolución recientemente publicada, se trata de la actualización de la normativa sobre las baterías, que incluye a las baterías portátiles, baterías SLI (que suministran energía para el arranque, el alumbrado o el encendido de vehículos), baterías de medios de transporte ligeros (como patinetes eléctricos y bicicletas), baterías de vehículos eléctricos (EV) y baterías industriales.
El objetivo de estos cambios es conseguir unas baterías más sostenibles, eficientes y duraderas; para ello lo primero que se ha establecido es que en el futuro todas las baterías portátiles se puedan extraer del dispositivo y que los consumidores puedan reemplazarlas ellos mismos.
Aunque esta no es la única medida que recoge esta nueva normativa, por ejemplo, en cuanto se apruebe esta resolución todas las baterías deberán llevar indicativos de sus componentes, durabilidad y capacidad entre otros aspectos.
La UE también ha establecido que se tendrá que ofrecer un servicio de recogida gratuito a los usuarios sin importar su naturaleza, composición química, condición, origen o marca. “Por primera vez tenemos una legislación sobre economía circular que abarca todo el ciclo de vida de un producto: este planteamiento es bueno tanto para el medio ambiente como para la economía” declara Achille Variati, diputado del Parlamento Europeo.
Esta decisión supone un gran reto para los fabricantes, por ejemplo, hoy en día la mayoría de los smartphones no se pueden abrir (con fines de diseño y para la resistencia al agua), sin embargo, esto es incompatible con la nueva normativa por lo que tendrán que empezar a buscar un nuevo diseño que ofrezca las funcionalidades existentes y cumpla con la ley.
Cabe destacar que esto es un proyecto de ley, por lo que el Parlamento y el Consejo Europeo todavía tienen que aprobar formalmente esta normativa y cumplir con los plazos de adaptación, por lo que no será hasta dentro de unos años que las compañías tengan que aplicar dichos cambios.