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VALVERDE, MAO.– Lo que en principio fue recibido con esperanza y entusiasmo por los residentes de Mao —la construcción de un moderno sistema cloacal—, hoy se ha convertido en motivo de preocupación, cansancio y malestar para gran parte de la población.

Durante los últimos meses, brigadas contratadas para instalar las tuberías sanitarias han realizado excavaciones en distintas calles del municipio, dejando a su paso zanjas abiertas, escombros y calles intransitables que permanecen en ese estado por semanas e incluso meses, según denuncian los ciudadanos.


Obras necesarias, pero mal gestionadas

Aunque el proyecto tiene como finalidad mejorar el sistema de saneamiento y la salud pública, la falta de planificación y supervisión visible ha generado críticas por parte de comerciantes, transportistas y vecinos que aseguran estar “viviendo entre el polvo y los hoyos”.

“Todos entendemos que el sistema cloacal es necesario, pero la forma en que están trabajando ha afectado la vida diaria, los negocios y hasta la movilidad. No se puede salir sin caer en un hoyo o en un lodazal cuando llueve”, expresó un residente del sector Don Bosco.


Calles destruidas y tránsito colapsado

Entre los sectores más afectados se mencionan Los Restauradores, Villa Olímpica, Motocross, San Antonio y El Cementerio Viejo, donde las calles permanecen sin asfalto, llenas de montones de tierra y huecos profundos, dificultando el tránsito vehicular y peatonal.

Comerciantes locales también han denunciado pérdidas económicas, debido a que los clientes evitan pasar por las zonas afectadas. “La gente no puede ni estacionar ni caminar. Hemos tenido que cerrar temprano algunos días porque el polvo y el ruido espantan a todos”, comentó una propietaria de colmado.


Demanda de mayor organización y transparencia

Los ciudadanos piden al Gobierno central y a las autoridades locales mayor organización, supervisión técnica y comunicación transparente sobre el avance del proyecto.
También reclaman que se establezca un cronograma público de asfaltado y reparación de calles, de manera que las comunidades puedan conocer los plazos reales de terminación.

“No estamos en contra del desarrollo. Lo que pedimos es respeto al pueblo, coordinación y que las calles no se queden abandonadas después de romperlas”, manifestaron varios residentes durante una reunión comunitaria.


El progreso no debe significar retroceso

Aunque el proyecto del sistema cloacal representa una inversión importante para el futuro de Mao, su ejecución ha generado un clima de frustración.
Los moradores coinciden en que el desarrollo urbano debe ir acompañado de eficiencia, planificación y respeto por la ciudadanía, evitando que una obra de progreso se convierta en una fuente de caos cotidiano.